Últimamente hay polémica porque una ministra de España va a proponer la creación de la especialidad de Medicina de Urgencias. Rápidamente, médicos de familia e internistas han protestado (la Comisión de Medicina Familiar y Comunitaria ha dimitido).
Hasta hace poco, mi experiencia en urgencias era esporádica y fragmentaria: hace años, las guardias en la residencia; después, guardias de noche en centros rurales (la hipoteca hay que pagarla), algunos muy alejados de un hospital, atendiendo patología banal no urgente intercalada con crisis de asma, comas, infartos (sí, que alguno hubo)… y lactantes. Supongo que son situaciones habituales para un médico de urgencias hospitalario, no para mí, que trabajo en un centro de Salud a 10 minutos en coche de un hospital terciario.
Alguien dirá que el tiempo pasado en el hospital durante el postgrado es suficiente para formar a un médico para atender una urgencia. Puede, aunque la pericia y la competencia suelen llegar al cabo de algunos años, y siempre inmerso en un ámbito docente favorable.
Pero la semana pasada asistí a un curso de urgencias organizado por el Sº del mismo nombre ubicado en el Hospital Clínico de Madrid. Había sesiones en una gran sala y talleres opcionales. Los docentes llamaban la atención por su extrema juventud, disimulada por trajes con corbata con un aire a un Dr House redivivo (no tan fotogénicos, claro).En la sala, una diversidad de acentos , formas y colores (muchos médicos residentes venían de fuera de España ).
El caso es que me sirvió para conocer las inquietudes, afanes y virtudes de este servicio de urgencias…y para respetar las aspiraciones de sus miembros a formar parte de una especialidad.
Es frecuente que algunos médicos de familia finalicen la especialidad y ante la falta de plaza laboral o bien tras una reorientación vocacional, acaben formando parte de un Servicio de Medicina de Urgencias.Entiendo que estos médicos de familia o internistas puedan reorientar su trayectoria profesional y respeto tanto el trabajo que realizan en la urgencia que no me parece disparatado acogerlos bajo el paraguas de una especialidad. Esto conlleva aceptar que la Medicina de Urgencias tiene su propio campo de conocimientos y competencias, una propia metodología de trabajo y un marco propio de actuación.
Para un médico como yo, que he estado media vida defendiendo que la Medicina de Familia es una especialidad como otra cualquiera, debo reconocer que el médico de urgencias tiene derecho a que también se le reconozca que ejerce una especialidad (*).
Otro asunto es que se llegue a la Medicina de Urgencias por una vía de troncalidad o como área de sub-especialización, una vez alcanzada otra especialidad, como Medicina de Familia, Intensivos o Medicina Interna.
Eso, dejémoslo a los políticos, Sociedades Científicas y demás...
Dedicado a Miguel Angel; médico de familia y médico de urgencias. Fue mi R mayor en la residencia y aún sigue enseñándome muchas cosas, como médico y como persona. Muchísimas gracias.
(*) Otro tema es que yo, como médico de familia no especializado en urgencias, tenga todo el derecho del mundo a hacer guardias en mi comunidad dentro de dispositivos de Atención Primaria, ya que entra dentro de mis competencias.