lunes, 19 de diciembre de 2011

Asignatura de Medicina de Familia en la Universidad Autónoma de Madrid


Estuve hace unos días en unas Jornadas de Tutores de Medicina de Familia. Queda pendiente dar el vídeo de mi charla. Pero lo importante es que, de una manera premeditada, afirmé que la carrera docente en el Grado es mucho mayor que en el Postgrado, al menos en España, donde ambas se separaron hace años. No es así en otros países, donde van de la mano.

Como introducción a este asunto, que trataré en siguientes entradas, adjunto una entrevista al Dr Esteban González López, Profesor Asociado de la Unidad de Medicina de Familia/Atención Primaria de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

martes, 6 de diciembre de 2011

Autoaprendizaje y opiniones de los residentes de Medicina de Familia



En las tertulias entre antiguos camaradas de residencia es un tópico  criticar que los actuales residentes ya no son “lo que fuimos nosotros”, poniendo distancia entre un tiempo pasado -que -fue -mejor y el presente. Y ello a pesar de reconocer las mejoras del programa docente, el aumento de 3 a 4 años de la especialidad en Medicina de Familia  y la diferente calidad de vida del residente (libranza de guardias, plétora de centros docentes, nuevo programa formativo…).


Hoy he leído un artículo de Nothnagle y cols,  médicos de familia de la Warren Alpert Medical School , en la Universidad de Brown, publicado en  Academic Medicine. Se refiere al aprendizaje autodirigido o “self directed  learning” ( SDL) por el residente. Presenta un estudio cualitativo acerca del discurso de 13 residentes del  tercer año de Medicina de Familia a los que se somete a sucesivas entrevistas hasta la saturación del discurso, como es habitual en este tipo de  estudios. Con las precauciones debidas, podríamos extrapolar sus conclusiones a nuestro ámbito. Resumo las consideraciones de los autores:

1.-Los alumnos consideran que aprenden mejor “haciendo y teniendo responsabilidades con pacientes”.
2.-Para ello es importante tener un volumen de pacientes suficiente.
3.-Sin embargo, no está establecida una conexión directa entre aprender y ver pacientes.
4.-Esto se debe a veces a sobrecarga por burocracia, cansancio por guardias, exceso de pacientes y falta de tiempo dedicado a la reflexión sobre lo experimentado con el paciente.
5.-Además, una causa importante es que  hace falta una guía externa facilitadora de este proceso, que deben  proporcionar  los tutores y el programa docente.

En lo expuesto subyace un enfrentamiento latente entre un aprendizaje basado en el alumno  vs un aprendizaje basado en el profesor, más directivo y tradicional. La primera opción corresponde al  aprendizaje autodirigido  y requiere  de 5 pasos por parte del alumno (el residente, en este caso):

1.-Diagnosticar las necesidades de aprendizaje
2.-Formular los objetivos de aprendizaje
3.-Identificar los recursos para el aprendizaje
4.-Seleccionar y aplicar las estrategias de aprendizaje
5.-Evaluar los resultados del aprendizaje

Parece fácil, pero no lo es. No estamos acostumbrados a ello. Los expertos consideran que el aprendizaje autodirigido  es la mejor manera de asegurar una formación continuada adecuada a las futuras  necesidades  de una realidad social y científica cambiante. En Medicina de Familia, no son sólo   los conocimientos científicos el objetivo del aprendizaje. El modelo biopsicosocial que practicamos requiere habilidades y actitudes que  se pueden facilitar  con el modelado ofrecido por un tutor  vocacional.

El SDL se relaciona con el aprendizaje en el trabajo ("work based learning"). Y no me refiero a aprender con la sesión de 2 a 3 PM, aunque todo sirve. Aprendemos de nuestros pacientes y de nuestros colegas. Pero falta una estructura  y un método que lo facilite.

¿Una metodología? .Yo creo que es más sencillo. ¿Qué tutor al acabar la consulta repasa los casos atendidos por el residente y discute sus necesidades de aprendizaje? (no me refiero a las reuniones obligatorias del programa docente para rellenar “papeles”).  ¿Hay un tiempo protegido para esta función?. ¿Tiene el residente una consulta propia para ver sus propios pacientes o pasa la consulta junto al  tutor?.¿O el residente pasa visita solo en la consulta del tutor unos cuantos días a la semana ?. ¿Los cursos del residente se relacionan con verdaderas necesidades de aprendizaje?. ¿Se forma al tutor en habilidades docentes?. ¿Cómo se incentiva al tutor para dedicarse a la docencia?.

Como se ve, hay dificultades estructurales y organizativas para facilitar el aprendizaje. Sin ir más lejos, conozco un centro donde los residentes no tienen consulta propia porque los médicos de la tarde “concilian” su vida familiar y laboral deslizando al turno de mañana ocupando consultas ya de por sí escasas. Dos derechos enfrentados: conciliar y  aprender.

Por otra parte, siempre he pensado que ir a muchos cursos no facilita el aprendizaje, aunque bastantes residentes viven obsesionados con aumentar su curriculum de esta manera (y porque se estimula en el programa docente: puede ser la diferencia entre una evaluación “excelente” o  “suficiente”). Incluso, a veces pienso que algunos resis desprecian lo que pueden aprender en el centro de salud.

Y en lo relativo a los incentivos, este es el primer año que en mi centro hay compañeros que han rechazado formar parte del “pool” de  tutores … pero  han aceptado  ser colaboradores clínicos de la Universidad para enseñar a estudiantes de medicina. Ver para creer.

Yo estoy en paz conmigo desde que comprendí que mi  función  como tutor no era saber toda la medicina y dar todas  las soluciones a las dudas de mis residentes, sino orientar su formación  para que ellos encontraran sus propias respuestas.

Otra cosa es que ellos lo hayan entendido así durante todos estos años.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Muchas gracias, Sr o Sra "Dummie"

Había acabado el Taller. Me encontraba solo en el aula porque Rosa se había tenido  que marchar con prisas .Leía las evaluaciones, casi todas favorables. Se referían  a temas generales de la organización (contenidos aprovechamiento, documentación y soporte pedagógico, organización, duración y valoración global). Luego venían los aspectos individuales sobre nivel de conocimientos, claridad en la exposición, metodología utilizada, accesibilidad y valoración global. Ahí siempre aparecía el Sr o la Sra "Dummie". ¡Un cinco en claridad…y un 6 en metodología!. Sé que mi dicción no es portentosa, que si duermo tres horas como ese día tal vez no coordine especialmente mis expresiones orales ni mi claridad mental. Pero entre tantas notas favorables…¿Qué te hice, porqué me maltrataste?. ¿Tal vez habías proyectado en mí una figura paterna despiadada o tuviste un mal día, o pensaste que te había mirado  mal?.

Siempre encuentro al Sr o a la Sra "Dummie". Y empiezo el taller buscándolos entre las caras de los asistentes. Unas son expresivas y se sincronizan con mis expresiones corporales. Otras son más difíciles de desentrañar y tal vez ocultan a quien será luego mi inflexible y definitivo  juez.
Y te lo agradezco Sr o Sra  "Dummie". Porque tú me haces mejor. Porque eres quien de verdad mejor me conoce.
Y porque espero encontrarte en cada taller al que acuda.
No me faltes.