jueves, 15 de marzo de 2012

Médicos "zombies" en la consulta



Hace más de un mes que no escribo. No tenía nada que contar; o había perdido la rutina de hacerlo. Bueno, en realidad, la verdadera causa es que me compré un "tablet" ...y la fastidié: perdí mis rutinas y costumbres con la escritura. Supongo que también habrá influido este ambiente malsano de crisis y recortes, de derechos laborales olvidados, de nuevos modelos de reconstrucción social , todo ello en aras de paliar un sacrosanto déficit  alcanzado con políticas- de uno u otro color - ruinosas.

Hoy escribo por dos motivos. El primero, para celebrar una noticia aparecida en "Diario Médico", acerca del decreto formativo MIR en el País Vasco (espero que haga enrojecer de verguenza a algunos que no señalo); el segundo, para comentar lo que me ha contado hoy E., un colega de un centro de salud muy alejado del mío, pero perteneciente a la Comunidad de Madrid.

El caso es que hoy estaba E reunido con su residente (R de 3 año). Eran las 3,15 PM, después de más de 6 horas ininterrumpidas de consulta. Ese día había sido "de los buenos", porque no había tenido que salir del centro para realizar actividades en el domicilio de sus pacientes  y, al no haber sesión clínica, había podido acabar con toda la burocracia pendiente antes de las 3 de la tarde.

Y es que este día, E tenía reunión con su residente R. Era una de las muchas reuniones de tutorización que tenía con ella desde que empezó su residencia . Ella estaba saliente de guardia, ojerosa; él acababa una dura jornada. Sus reuniones siempre eran a estas horas, o más tarde aún.

En ese momento entró en escena el director de su centro. Y esta fue más o menos la conversación:

D -Quería saber qué te parecería prolongar tu jornada unas horas por la tarde, para cumplir el pacto de productividad.

E -Por mi parte, me parece horripilante. ¿Qué se supone que estoy haciendo ahora con mi residente, a pesar de haber acabado mi jornada?. ¿Nadie contabiliza estas horas de más?.¿Y cuando hago avisos a domicilio más allá de mi jornada laboral?.

D -Pero esto  no cuenta. Además, se trata de ahorrar en el presupuesto…

E -Pero trabajar más horas por la tarde… Se supone que tengo que descansar y comer…

D -Los médicos hacemos guardias, otros hacen “peonadas”. Y "doblan" su jornada por dinero. Ahora toca hacerlo para mejorar nuestra productividad.

E  -Mira, yo ya soy mayor y no hago guardias. Y  nunca he hecho “peonadas”. Además, siempre se nos dijo que no se podían hacer “doblajes” de jornada y cuando se desdijeron por falta de personal, a mí nunca me gustó, desde que un día casi muero tras ¡14 horas seguidas! viendo un paciente tras otro sin apenas tiempo para comer.Además, los médicos que trabajan fuera de su jornada lo cobran como horas de guardia y lo hacen para sobrevivir, no por convencimiento, y a precios indignos en la Europa occidental.

La residente de E estaba indignada. Y E., que es de temperamento iracundo, parecía salirse de sus casillas:

E -Me parece indignante el solo hecho de proponerlo . No quieren que seamos más productivos con  nuestros pacientes, con la docencia, con actividades dirigidas a la comunidad. Lo que quieren lisa y llanamente es que seamos suplentes a coste cero  haciendo el trabajo de otros. No les importa la calidad asistencial que ofrezcamos. Sólo quieren que estos  vean la consulta ocupada por alguien, aunque sea un zombi, aunque esté cansado de una jornada previa  –la suya-  agotadora. ¿Esto es el siglo XXI o hemos vuelto al XIX?.

D- Yo te entiendo, pero entiéndeme a mí, estoy entre la espada y la pared…Me han dicho que os lo transmita.

E-¿Te lo habrán dicho por escrito, supongo?.

D-No, son sólo órdenes verbales.

E-Bueno, me lo das por escrito y ya veré lo que hago. Está claro que no acudiré a mi sindicato de clase que no me defiende– a ver si me acuerdo de borrarme, por cierto-.

En esto, la residente terció diciendo que los médicos del hospital donde rotaba se negaban a trabajar fuera de su jornada habitual, aunque sí  aceptaban  ampliar la media hora diaria hasta alcanzar las 37,5 h semanales que la ley establece.

E- Está claro que lo que me  queda por hacer es acudir  al Sr Juez. Supongo que aún sigue vigente la Constitución en España y que esto sigue llamándose España.

D-Pues vale.

E-Pues eso.

martes, 7 de febrero de 2012

Ayudar, Conocer, Investigar en Medicina



Estas semanas han sido de una intensiva exposición al mundo universitario. El caso es que he participado en un seminario de casos clínicos  expuestos por alumnos de 6º curso tras su rotación obligatoria en Atención Primaria (pasada la adolescencia, ya encaran su  futuro como especialistas…y emigrantes) , he colaborado en la rotación y  seminarios impartidos  a los alumnos de   3º, 4º y 5º curso en una asignatura optativa de Medicina de Familia y, finalmente, he trabajado con  alumnos de 1º curso (casi adolescentes:18 años)  en una asignatura-  ¡obligatoria! - de “Introducción Precoz a la Clínica”, realizada íntegramente en AP, con rotación, clases y seminarios.

Y fue el día en que yo impartía un seminario en el centro de salud (en la facultad tenemos el resto de actividades) cuando, para facilitar la dinámica de grupo , les sugerí que señalaran los motivos para escoger medicina. Y estas fueron las tres clases de respuestas…todas previsibles. ¿O no?:

-Para "ayudar  a los demás" (la mayoría)
-Para "conocerme a mí mismo" (bastantes)
-Para "investigar y desarrollar una carrera científica" (pocos)

Sí, son datos cualitativos sin más utilidad que jugar a las impresiones. Posiblemente todos hayamos tenido una mezcla de estas 3 motivaciones al principio de nuestras carreras. Pero parecía que a todos les moviera una de ellas como eje motor principal en su decisión. Y juro que yo  ya veía en sus caras, en  su porte y en sus expresiones, al cirujano y al internista, al dermatólogo o al otorrino, al pediatra y al geriatra, al ginecólogo o al oftalmólogo. Quizás también ví  a un premio Nobel, no recuerdo bien.

Y también había médicos de familia, de los de verdad.
Y es bien cierto.

PS: nadie dijo que “para ganarme la vida satisfactoriamente”. Quizás el dinero no es un motivo decoroso que esté al nivel de los otros tres, sobre todo en esta adolescencia tardía de los 18 años. Cuando vengan las hipotecas y los hijos, ya cambiarán de opinión…o se marcharán al extranjero, donde  les traten con más consideración.

martes, 17 de enero de 2012

El experimento Milgram : “me niego a seguir así”



Noticia leída en  "Diario médico" acerca de la posición de los Colegios de Médicos de Madrid, Valencia y Galicia sobre la repercusión de las medidas  dispuestas recientemente  por el Gobierno  de España para paliar el déficit:

"…Además, las tres corporaciones han consensuado un documento que, entre otras cosas, afirma que “las modificaciones laborales ordenadas por el decreto y las órdenes de régimen interno que se emiten en los diferentes departamentos de salud no respetan la normativa laboral ni las leyes de rango superior que rigen nuestra actividad” .

Este comentario me hace sospechar ( y lo digo "de puntillas")  que ”pudiera ser” que los políticos “a veces” dictan  leyes que “no siempre” son coherentes con el ordenamiento jurídico. Item más, las personas que las van a aplicar en todos los niveles de la administración  pueden ir en ocasiones  más allá de lo que el espíritu de la ley obliga a considerar. Por eso he traído aquí las reflexiones que   Michael Yapko, reconocido experto en hipnosis clínica, realiza sobre el experimento de  Milgram (recuérdese: aplicar corrientes a sujetos de experimentación simulados en el contexto de una investigación educativa, sólo por la “obediencia debida”):

...“La conclusión a la que llegó es inquietante: la gente obedece hasta más allá de lo debido a la autoridad cuando la percibe como tal y/o si no queda más remedio que obedecer. Si alguien percibe que no hay alternativas viables, cumplirá las órdenes aunque sean destructivas. Cuando les dijeron  a algunos sujetos del experimento de Milgram: “ No tiene usted elección… debe usted continuar con el experimento”, se cruzaban firmemente de brazos y decían: “ Por supuesto , claro que tengo elección  me niego a seguir”. Pero eran minoría”.

Sin comentarios..."Pero eran minoría".

Nota: incorporo dos vídeos. El primero - más didáctico-  hace una revisión del famoso experimento con fotogramas del original y entrevistas a Stanley Milgram ;el segundo es una recreación anterior.

Para quienes quieran acceder a la versión española del primer vídeo-pero más ampliado-, acceder aquí .







domingo, 8 de enero de 2012

Sanitarios “funcionarios” deseando producir más



Hace veintitantos años empezaba a trabajar como médico de familia. No eran tiempos tan difíciles como ahora, o al menos así me parecía, aunque las hipotecas alcanzaban el 16 % .Era R1 en el 83, recién llegado el PSOE, y aún  sonaban los ecos de Alma Ata y la reforma de la Medicina General propuesta por  Segovia de Arana en el Gobierno de la UCD. Pensaba entonces que era protagonista- con tantos otros- de una nueva época  acorde a los tiempos de cambio político y social. No me sentía “trabajador-funcionario”. Al contrario, mi empresa (INSALUD)  era la única  que conocía y dejé en ella -  como tantos- esfuerzos y sacrificios  sin  pedir recompensa salvo un salario escaso  en comparación al de otros colegas europeos. Entonces atendíamos a pacientes, y no a clientes, como los nuevos modelos de gestión propugnan actualmente.

Hoy estamos en crisis, y nos bajan el salario (realmente, en Madrid llevamos ya tres años con rebajas de salario, antes de que se reconociera la famosa crisis: aún espero que me paguen el  nivel IV de carrera profesional al que tengo derecho desde hace al menos 2 años) y nos harán trabajar media hora más al día en aras de mejorar la productividad. Bueno, en realidad esto significa que estaremos en deuda con nuestra empresa (SERMAS) en torno a unos  16 días al año y que los pagaremos fuera de nuestra jornada de trabajo. Sí, habéis acertado…trabajando en turno contrario, pongamos que, por ejemplo, para tapar huecos de compañeros enfermos. Si yo trabajo de 8 a 3 AM, algún día, además, trabajaré de 3 a 9  PM. ¿A que así seré más productivo?. Claro, trabajando 14 horas se produce más que  con 7 horas.
Imagino que algunos gestores  deben estar frotándose  las manos ahora que será más fácil  “gestionar y tapar huecos”. También, por qué no, algunos pacientes, como así lo han hecho saber en algunos foros y  Blogs.

En un afán colaborador, hago algunas propuestas para que realmente esas horas de más redunden en beneficio de mis pacientes y no sean motivo de atricción para los sanitarios. Obviamente, hablo desde mi perspectiva, porque habrá otras , tantas como médicos bajo esta carpa divina. Además, los  sindicatos también se mueven.

1.- Quiero fichar ¡ya!. Porque llego a mi centro  a las 8 AM cuando aún no lo han abierto y salgo –acabada la consulta, reunido con mi residente o/y estudiante, atendidos los avisos domiciliarios y hecha toda la “ burocracia” pendiente- muchos días a las 4,30-5,30 PM.
Y quiero que se me devuelvan las horas trabajadas de más.

2.- Las horas que “debemos” se pueden reutilizar en realizar actividades de formación no remuneradas, claro está, sean presenciales o a distancia. Actualmente dispongo de 6 días anuales para actividades de formación o asistencia a congresos  (sea docente o discente, incluso en mi misma empresa). Pero no es suficiente. ¡La última vez que participé como ponente en unas jornadas organizadas por mi empresa, casi no llego porque antes tuve que pasar consulta en mi centro!.La solución que he tomado es utilizar mis días de libre disposición y vacaciones para complementar dichas actividades.   
No estoy pidiendo suplente, ojo. Este año sólo lo he tenido en 15 días de mis vacaciones. El resto de días ha sido a “coste cero”: lo han sufrido mis compañeros y mis pacientes, claro 
está.

3.- Las horas que “debemos” se pueden reutilizar en realizar actividades de investigación no remuneradas.
A pesar de las dificultades descritas, al final de año, mi empresa me agradece que haya hecho tanta actividad docente e investigadora a costa de mis días libres, hecho que mi familia me reprocha, como es natural.

4.- Las horas que “debemos” se pueden destinar a realizar actividades en la comunidad. ¿No soy especialista en Medicina de Familia y Comunitaria?. Así participaré en talleres de educación sanitaria dirigidos  a pacientes, reuniones con figuras claves de la comunidad, asistencia a grupos de riesgo…

5.- Las horas que “debemos” se pueden destinar a realizar actividades en comisiones, grupos de trabajo,…propias de mi empresa. No sé por qué muchas reuniones son fuera de mi horario laboral y  se considera que las realizo por amor al arte o por “devoción y compromiso con la empresa”. Me las deben.

6.- Me encantaría disponer de mi despacho media hora más todos los días. El problema es que a las 3 PM mi compañera de la tarde “me echa” porque tiene que empezar a pasar su consulta. Por desgracia, los centros de salud están organizados para trabajar turnos de 7 horas  (de 8 a 15 h y de 14 a 21 h).

Estas son algunas propuestas. Deberé 16 horas al año, pero he calculado que mi empresa  me debe, por actividades realizadas fuera de mi horario, al menos 36 horas.
Estoy esperando que se me devuelvan.

Y a los pacientes encantados de que a los médicos se nos empiece  a considerar como “productores”, un aviso: no fabricamos clavos o zapatos (trabajos muy dignos), amigos, atendemos pacientes. Y no es lo mismo estar dos horas en consulta atendiendo pacientes que 3...o… 4...o...5…o…6 horas . Yo he conseguido tener menos demora  eliminando los veinte minutos sindicales utilizables para ir al baño y tomarme un café (y para tomar oxígeno antes de reanudar la consulta). ¡Ah, y ruego que se me añadan estos 20 minutos/día  a las horas de más que se me deben!.

Si es que somos unos señoritos...