
En las tertulias entre antiguos camaradas de residencia es un tópico criticar que los actuales residentes ya no son “lo que fuimos nosotros”, poniendo distancia entre un tiempo pasado -que -fue -mejor y el presente. Y ello a pesar de reconocer las mejoras del programa docente, el aumento de 3 a 4 años de la especialidad en Medicina de Familia y la diferente calidad de vida del residente (libranza de guardias, plétora de centros docentes, nuevo programa formativo…).
Hoy he leído un artículo de Nothnagle y cols, médicos de familia de la Warren Alpert Medical School , en la Universidad de Brown, publicado en Academic Medicine. Se refiere al aprendizaje autodirigido o “self directed learning” ( SDL) por el residente. Presenta un estudio cualitativo acerca del discurso de 13 residentes del tercer año de Medicina de Familia a los que se somete a sucesivas entrevistas hasta la saturación del discurso, como es habitual en este tipo de estudios. Con las precauciones debidas, podríamos extrapolar sus conclusiones a nuestro ámbito. Resumo las consideraciones de los autores:
1.-Los alumnos consideran que aprenden mejor “haciendo y teniendo responsabilidades con pacientes”.
2.-Para ello es importante tener un volumen de pacientes suficiente.
3.-Sin embargo, no está establecida una conexión directa entre aprender y ver pacientes.
4.-Esto se debe a veces a sobrecarga por burocracia, cansancio por guardias, exceso de pacientes y falta de tiempo dedicado a la reflexión sobre lo experimentado con el paciente.
5.-Además, una causa importante es que hace falta una guía externa facilitadora de este proceso, que deben proporcionar los tutores y el programa docente.
En lo expuesto subyace un enfrentamiento latente entre un aprendizaje basado en el alumno vs un aprendizaje basado en el profesor, más directivo y tradicional. La primera opción corresponde al aprendizaje autodirigido y requiere de 5 pasos por parte del alumno (el residente, en este caso):
1.-Diagnosticar las necesidades de aprendizaje
2.-Formular los objetivos de aprendizaje
3.-Identificar los recursos para el aprendizaje
4.-Seleccionar y aplicar las estrategias de aprendizaje
5.-Evaluar los resultados del aprendizaje
Parece fácil, pero no lo es. No estamos acostumbrados a ello. Los expertos consideran que el aprendizaje autodirigido es la mejor manera de asegurar una formación continuada adecuada a las futuras necesidades de una realidad social y científica cambiante. En Medicina de Familia, no son sólo los conocimientos científicos el objetivo del aprendizaje. El modelo biopsicosocial que practicamos requiere habilidades y actitudes que se pueden facilitar con el modelado ofrecido por un tutor vocacional.
El SDL se relaciona con el aprendizaje en el trabajo ("work based learning"). Y no me refiero a aprender con la sesión de 2 a 3 PM, aunque todo sirve. Aprendemos de nuestros pacientes y de nuestros colegas. Pero falta una estructura y un método que lo facilite.
¿Una metodología? .Yo creo que es más sencillo. ¿Qué tutor al acabar la consulta repasa los casos atendidos por el residente y discute sus necesidades de aprendizaje? (no me refiero a las reuniones obligatorias del programa docente para rellenar “papeles”). ¿Hay un tiempo protegido para esta función?. ¿Tiene el residente una consulta propia para ver sus propios pacientes o pasa la consulta junto al tutor?.¿O el residente pasa visita solo en la consulta del tutor unos cuantos días a la semana ?. ¿Los cursos del residente se relacionan con verdaderas necesidades de aprendizaje?. ¿Se forma al tutor en habilidades docentes?. ¿Cómo se incentiva al tutor para dedicarse a la docencia?.
Como se ve, hay dificultades estructurales y organizativas para facilitar el aprendizaje. Sin ir más lejos, conozco un centro donde los residentes no tienen consulta propia porque los médicos de la tarde “concilian” su vida familiar y laboral deslizando al turno de mañana ocupando consultas ya de por sí escasas. Dos derechos enfrentados: conciliar y aprender.
Por otra parte, siempre he pensado que ir a muchos cursos no facilita el aprendizaje, aunque bastantes residentes viven obsesionados con aumentar su curriculum de esta manera (y porque se estimula en el programa docente: puede ser la diferencia entre una evaluación “excelente” o “suficiente”). Incluso, a veces pienso que algunos resis desprecian lo que pueden aprender en el centro de salud.
Y en lo relativo a los incentivos, este es el primer año que en mi centro hay compañeros que han rechazado formar parte del “pool” de tutores … pero han aceptado ser colaboradores clínicos de la Universidad para enseñar a estudiantes de medicina. Ver para creer.
Yo estoy en paz conmigo desde que comprendí que mi función como tutor no era saber toda la medicina y dar todas las soluciones a las dudas de mis residentes, sino orientar su formación para que ellos encontraran sus propias respuestas.
Otra cosa es que ellos lo hayan entendido así durante todos estos años.