Profesional médico:
“Médico y médica titulado/a comprometido con los principios éticos y deontológicos y los valores de la profesión médica y cuya conducta se ciñe a dichos principios y valores”.
( CGCOM: Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España).
Me encontraba en la antesala de un tribunal de lo civil. Acudía como testigo. Os podéis imaginar los nervios, aunque para mí no era la primera vez. Estaba citado a las 10,30 h y hasta las 16 h no fui llamado a declarar. Debo decir que la larga espera fue igual para miembros del tribunal, testigos y abogados, que sólo tuvieron 15 minutos para un refrigerio (para que luego nos quejemos- incluyo a sanitarios y pacientes - por las largas esperas en las consultas).
El caso es que entré en la sala. En frente, una figura destacaba sobre los demás: el juez. A ambos lados, lo que diríase eran secretario y fiscal. Y en dos filas laterales, los abogados de las partes. A los pocos segundos de iniciada “la ceremonia”, y tras el circunloquio de rigor, pensé para mí: “Esto es un juez, es la idea que siempre había tenido. Parece todo un profesional. ¿Pensarán lo mismo de mí los pacientes al entrar en la consulta?”.
Hoy recibo un correo de Enrique Gavilán (gracias, Enrique) participándome la 2ª causa de este 2011: "Febrero: atención primaria, atención humana". Pero esto irá de profesionalismo en general. ¿Qué significa ser un buen profesional de la medicina? ¿Qué significa ser un buen médico?.
Hoy recibo un correo de Enrique Gavilán (gracias, Enrique) participándome la 2ª causa de este 2011: "Febrero: atención primaria, atención humana". Pero esto irá de profesionalismo en general. ¿Qué significa ser un buen profesional de la medicina? ¿Qué significa ser un buen médico?.
En las Universidades de EEUU , siguiendo al ACGME, se considera el apartado de valores profesionales como una sexta competencia, junto al conocimiento médico, las habilidades de cuidados del paciente, habilidades de comunicación con pacientes y colegas, aprendizaje y mejora continua o la atención teniendo en contexto el sistema de cuidados de salud, público y/o privado.
Y dicho y hecho, esto se enseña en la Universidad como materia transversal .Y algunos defienden su enseñanza como un derecho más del ciudadano.
Aquí, en España, ignoro lo que pasará en la Universidad . Pero el CGCOM ya estableció en Marzo de 2010 la nueva definición de Profesionalismo, de Profesional médico y Profesión médica.
Y la Conferencia de Decanos, en su documento sobre competencias, dedicó un apartado para las competencias específicas donde incluía “Valores profesionales, actitudes, comportamientos y ética” junto a otras como habilidades de comunicación, habilidades clínicas, manejo de la información o análisis crítico e investigación (Figura 1).
Al final todo es muy “blando” y difícil de expresar, como si fuera la parte buena y “samaritana” de la medicina. Pero la verdad es que los principios éticos y deontológicos, unos valores (humanismo, integridad, empatía, altruismo, confianza…) y unas conductas (habilidad de juicio, servicio, mejora continua,…) en respuesta a las demandas de la sociedad, todas conforman al buen profesional.
Otros autores, como Cruess son más sintéticos, y entienden como profesionalismo la suma de 1) conocimiento médico, 2) autonomía en la toma de decisiones , 3) capacidad de autoregulación y 4) compromiso de servicio a los demás. Probablemente 2 y 3 no sean posibles en sociedades de tradición no liberal como es la Sociedad Española (lo que puede ser bueno o malo, según cada cual), aunque los Colegios de Médicos tengan un claro protagonismo (hay excepciones, claro, como cuando el Ministerio de Educación incumple su obligación al convalidar títulos falsos de medicina o el de Sanidad contrata a especialistas sin titulación: pelillos a la mar, que esto es España, flamenco, toros, ya se sabe,…).
Para quien quiera ampliar sobre la teoría y práctica del Profesionalismo médico, le sugiero consultar la web de la Fundación ABIM , con múltiples enlaces y contenidos sobre la materia. En la Figura 2 se desarrolla la compleja trama de relaciones en la que transcurre el devenir profesional de los médicos.
Al final, no sé si realmente ese juez era un buen profesional. Se comportaba aparentemente según la idea de juez que tengo en mi cabeza, tal vez distorsionada. Yo sé poco de leyes. Posiblemente el hábito hace al monje. Y al igual que la toga, una bata blanca hace mucho en la estima y consideración profesional.
(Ahora, cuando un paciente entra en mi consulta, sé que tengo que hacer algo más que conseguir una buena comunicación y mantener actualizados mis conocimientos. Pero ignoro si lo consigo día a día, consulta a consulta. ¡Qué difícil es ser médico!).
Y, encima, políticos, burócratas y desencantados de la medicina son los que hacen las reglas, los que ponen los obstáculos y las piedras en el camino. Burocratizando la medicina (¡en la era de la informática! ), alejándonos de los pacientes con agendas “de calidad”/cantidad imposibles, poniendo a prueba día a día nuestra profesionalidad como médicos. Precisamente Sylvia y Richard Cruess aluden a este nuevo fenómeno para estimar el importante papel del médico en un nuevo contrato con la sociedad que ayude a contrarrestar estas perniciosas fuerzas que tensionan el compromiso moral y ético de médicos…aunque como el ciudadano vota a sus políticos y estos deciden qué política hacer, creo que por este lado hay poco que rascar. De momento.
¡Ah, y se me olvidaba!. Esto del profesionalismo médico puede ser enseñado por médicos de familia, por si no saben los decanos que servimos para algo (pero no sé para qué hago marketing si son gente seria y no leen estos blogs de visionarios y frikis).
Figura 2
¿Cinco horas y media de espera por el Sr. Juez, y sin rechistar? Y supongo que en la citación judicial para declarar constaría la amenaza correspondiente: "Si no se presenta podrá ser sancionado con una multa de X euros". Y supongo también que si necesitaste un justificante no te lo habrá dado el propio juez, sino que habrás tenido que acudir a un auxiliar. Es decir, que aparte del profesionalismo y las normas de cortesía, las diferencias entre profesionales de Justicia y de Sanidad siguen estando bien marcadas. ¿No crees, Eduardo?
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes toda la razón del mundo, Jose Manuel.Pero es verdad que no podemos ser tan distantes como esa "señoría". Más bien somos como "jueces de paz", en lo cercanos y amigables... aunque técnica y profesionalmente somos iguales o mejores a "sus señorías", ¡qué carallo!.
ResponderEliminarSí, hay que luchar contra los que quieren que nuestras consultas se parezcan al camarote de los hermanos Marx (con mis respetos al mundo del circo, por supuesto).
Un fuerte abrazo.
Eduardo.