El fin de semana pasado estuve en Frankfurt, en un Congreso sobre asma y EPOC organizado por un laboratorio de renombre. Acepté la invitación por tratar dos temáticas a las que tengo afecto: el “self management “ y el “integrated care”. Además, escuchar a Cazzola, Fabbri, Heaney, Haughney, Miravitlles, Agustí, Wedzicha, Beasley o Barnes, y participar en talleres de 15 o 20 personas con Singh, Bourbau o Lötval no ocurre todos los días.
A pesar de mi emoción inicial no sé realmente cuál ha sido el beneficio obtenido. Las presentaciones fueron espectaculares y atractivas, dadas las tablas y recursos de los ponentes. Pero en verdad, sólo me he quedado con un buen puñado de referencias copiadas a “matacaballo”, ahora difíciles de transcribir al ordenador ( y eso que había colegas que "pirateaban" con fotografía ¡o vídeo! las presentaciones de los ponentes).
También hubo pelea. En un taller sobre crisis de asma, un dandy inglés- médico sin chistera -,hablaba de crisis de asma sin referencia alguna al uso de cámaras , medidores de pico flujo, corticoides inhalados o flujos de oxígeno reducidos. Le eché valor, cogí el micrófono y ahí este españolito se enzarzó con su lengua de trapo contra el brillante ponente. Había que ver su mirada escrutadora como si estuviera ante una hormiga –que era yo-. Ahí corroboré un presentimiento: la ignorancia es aliada del orgullo y enemiga de la ciencia.
Lo que sí me sorprendió fue la nueva norma de conducta de la industria: todas las presentaciones se introdujeron con una declaración de conflicto de intereses y un “disclaimer” sobre la advertencia del buen uso de la información transmitida. Por otra parte, desapareció la tradicional “hospitality” habitual en estos eventos. Así, llegamos tarde y , sin recepción alguna, nos fuimos ayunos a la cama. Y al día siguiente, callejeamos por Frankurt en busca de un humilde puesto de salchichas con cerveza a cuenta de nuestro reducido pecunio.
Creo que la próxima vez me quedaré en Madrid revisando a fondo la literatura. Y que me inviten a un Congreso por videoconferencia, que en mi casa nadie como yo hace su propia “hospitality”.
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