Plagiar:(Del lat. plagiāre). Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias (RAE).
Paráfrasis:(Del lat. paraphrăsis).1. f. Explicación o interpretación amplificativa de un texto para ilustrarlo o hacerlo más claro o inteligible(…)3. f. Frase que, imitando en su estructura otra conocida, se formula con palabras diferentes (RAE).
Estos días dejé el Blog. Tenía que entregar un material para una publicación con la que llevo tres meses de aquí para allá obsesionado y he desatendido mi vocación de “blogero”. Pero no he bajado la guardia y, tal vez en relación a “mi tema”, brilló ante mis ojos un post del AFP Community Blog del 15 de diciembre sobre el peligro del “plagiarismo” (sencillamente plagio, en español).
Y es que resulta que los “escribidores” estamos en riesgo de ser plagiarios. Plagio y paráfrasis tienen fronteras de difícil definición, sobre todo en la segunda acepción de paráfrasis, cuando nos apropiamos de la estructura y contenido de una frase de autoría ajena… y no lo confesamos. Aún recuerdo los plagios de un Director de la Biblioteca Nacional o de un eximio premio Noble Español. Se decía entonces que “contextualizaban”. Wikipedia, advertida del peligro, establece una política de control de páginas nuevas para descubrir artículos plagiados. Entre sus estrategias, introduce frases de 10-15 líneas entre comillas en un buscador –p ej , Google- y hace el "Test del buscador". Estrategias similares puede utilizar un profesor en la escuela para detectar plagios entre sus alumnos.
El Blog de la AFP que cito (¿ya puse el enlace?) propone 3 reglas para evitar el plagio al hacer una paráfrasis:
1) La redacción del texto debe ser parafraseada de modo personal,
2) Si utilizamos la redacción literal original, ésta debe ir entre comillas,
3) Las fuentes originales del texto o de la idea original deben ser citadas convenientemente.
A veces escribo monografías sobre temas de mi interés, simple “literatura secundaria”. Como estrategia suelo leer lo ya escrito sobre el tema y, paralelamente, hago búsquedas acerca de la literatura “primaria” más relevante. Pero lo curioso es que cuando has leído veinte veces acerca de un asunto, comienzas a darte cuenta de que los conceptos generales no tienen muchas maneras de ser expresados y, a veces, tienes la sensación de estar leyendo la misma frase “parafraseada” hasta el infinito.
Imagino que el uso de procesadores de textos y la magia del internet hacen que el escritor atareado llegue a confundir lo leído y asimilado con sus propias ideas y pensamientos.
Por mi parte, defiendo que podemos ser creativos:
1) Incorporando novedades sobre los reciente avances acerca de la materia en estudio,
2) Propiciando enfoques originales en la didáctica de la exposición, máxime si utilizamos materiales multimedia que den un valor extra añadido,
3) Reorganizando las ideas y contenidos para favorecer su síntesis y asimilación.
Y , si no es así, cuando firmas con una editorial , mejor te atienes a cumplir la ley o todo el peso de la Ley de Propiedad Intelectual caerá sobre tí.
¿Y qué hacer si sospechas plagio sobre algo que hayas escrito ? (algo improbable): el Comité Internacional sobre ética de las publicaciones médicas propone una guía general donde , en el apartado 7, dedica unas líneas al plagio y proporciona un algoritmo de manejo.
Bueno, espero haber exorcizado así los demonios del plagio, pero , si caigo en él, espero estar lúcido y darme cuenta antes de pulsar "Enter".
Y , tú, admirado lector, ¿ eres un plagiario o , simplemente, “parafraseas” con estilo?.
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